Ese descubrimiento llevó a la conclusión de que el asentamiento más antiguo de la antigua Budva se encontraba precisamente en la parte sur de la Ciudad Vieja. La puerta de la ciudad y las murallas fueron construidas con la técnica ciclópea, que se asocia con el períod prehelénico y datan del siglo IV a.C. Hoy en día, los pilones pueden ser observados in situ desde la galería en la planta baja del local en la calle Njegoševa en la Ciudad Vieja.
